La protagoniza Chris Hemsworth y estará disponible desde mañana, viernes 24 de abril, en Netflix.
El estadounidense Sam Hargrave, realizador de la trepidante “Misión de rescate” que protagoniza Chris Hemsworth y que estará disponible mañana en Netflix, forma parte de una camada de directores que en los últimos años revitalizan el estancado género del cine de acción apoyados en “gente real que tiene técnicas y habilidades que lleva mucho tiempo perfeccionar”.
Con una propuesta que descansa menos en la CGI (imágenes generadas por computadora) y que conquista al espectador a base de un ritmo constante de impactos y coreografías imposibles, Hargrave sigue en “Misión de rescate” la línea de David Leitch (“Atómica”, “Deadpool 2”) y Chad Stahelski (la saga de “John Wick”).
Como ellos, el realizador llega a la dirección luego de haber iniciado en la industria como doble de riesgo y de dedicarse durante años a diseñar acrobacias y escenas de acción para los filmes de otros.
“Chad y David allanaron el camino para gente como yo que tenemos antecedentes diseñando la acción y contando historias a través de esa acción; se siente como una progresión lógica”, dijo Hargrave en conversación con Télam, en una postura que parece defender que no hay nadie mejor para el género que quienes lo conocen desde sus entrañas.
El director trabajó para Leitch, Stahelski y con los hermanos Joe y Anthony Russo en todos sus proyectos para el Universo Cinematográfico de Marvel.
Fueron justamente los Russo quienes abordaron a Hargrave con el guion de “Misión…”, que Joe había escrito y que ambos producirían para Netflix, y le ofrecieron su primera oportunidad detrás de cámaras.
Centrada en un traumado pero temible mercenario encarnado por Hemsworth, la película cuenta su epopeya por rescatar al hijo de un criminal internacional indio, secuestrado por un rival de Bangladesh.
En charla telefónica desde Estados Unidos y mientras promociona la película confinado en cuarentena por la pandemia de coronavirus, Hargrave habló con Télam sobre el rodaje en India, de la increíble escena de persecución y combate de 12 minutos filmada como si fuera un plano secuencia de la que está hablando la crítica especializada y del futuro del cine de acción.
El realizador estadounidense dijo que el cine de acción puede ayudar a que la “gente pueda tener un escape y olvidarse por un rato de la ansiedad y la incertidumbre” del coronavirus.
“Desde sus inicios, el cine ha jugado una parte importante en la cultura de la sociedad porque son sueños proyectados en una pantalla, imágenes hacia las que podemos escapar”, señaló Hargrave, respecto de la importancia del entretenimiento en un contexto mundial en el que el público se ve bombardeado por noticias angustiantes.
En ese sentido, el realizador opinó que para los espectadores de Occidente “poder meterse en esta historia que transcurre en India y Bangladesh es un nuevo territorio”.
“Presentamos algo familiar en el cine de acción, con una cara familiar para muchas personas como Chris Hemsworth, pero llevándolos hacia un lugar que nunca habían visto y con un diseño de acción que, esperemos, no hayan visto nunca de esa forma”, agregó.
Para Hargrave, la película forma parte de un género que “ha entretenido a la humanidad por muchos años” y que “hoy más que nunca” puede ayudar a ser una distracción.
– No sos el primer coordinador de acrobacias y diseñador de escenas de acción que tiene una oportunidad como esta. ¿Qué aporta una experiencia como la tuya a la hora de dirigir?
Sam Hargrave: Me permite enmarcar una escena de acción de una forma que, espero, sea única. Para mí haber podido trabajar con algunos de los directores más importantes de nuestro tiempo en el género, como los hermanos Russo, Francis Lawrence, Chad Stahelski y David Leitch, haber estado bajo su tutelaje, realmente ayudó a que desarrollara un ojo para lo que quiero.
– ¿Qué lecciones aprendiste trabajando con los Russo en Marvel?
– Mi tiempo trabajando en el Universo Cinematográfico de Marvel fue extremadamente útil, y no sólo por el lado del diseño de las escenas de acción, por poder contar una historia y construir un personaje a través de la acción, sino por ayudarme a comprender los aspectos técnicos de lo que es posible hacer. Cómo usar mejor a tu supervisor de efectos especiales, el diseño de producción, qué tan importante es la semántica visual que puede aportar un buen director de fotografía. Ver cómo los Russo trabajaban y orquestaban sus sets en esas películas de proporciones épicas fue muy importante para mi proceso.
– Ya habías trabajado con Hemsworth en Marvel. ¿Por qué pensaste que sería la elección ideal para este papel, mucho más oscuro y sufrido que el cómico Thor por el que conquistó al público?
– Por una serie de razones. La primera es que el guion pedía a un tipo que pudiera aguantar una gran cantidad de castigo físico, y Chris en ese sentido fue una elección obvia porque puede soportar mucho. Pero lo más importante era el espectro de emociones que Chris puede aportarle a un personaje, con una profundidad emocional que esta película necesitaba para que la historia cobrara vida.
– Películas como “John Wick”, “Atómica” o “Deadpool” pudieron traer frescura al cine de acción. ¿Hacia dónde se dirige el género?
– Creo que lo que Chad y Dave hicieron con el género de acción es que le insuflaron nueva vida al volver a un estilo que todos crecimos admirando y disfrutando, que es el de los 80 y los 90. Las películas de superhéroes tienen muchísimo generado por computadora y son filmes de una escala inmensa. Entonces películas como “John Wick”, “Atomic Blonde” y, ojalá, “Misión de rescate”, vuelve a la acción basada en la realidad, en las que vemos a gente real que tiene técnicas y habilidades reales que lleva mucho tiempo perfeccionar. Espero que el género siga apreciándose a partir de estas cosas.
– En este caso, decidiste realizar una escena de 12 minutos filmada como si fuera un plano secuencia, con persecución automovilística, explosiones y diversas peleas incluidas. ¿Cuánto tiempo les llevó poder hacerla?
– Nos llevó, desde la concepción hasta que la tuvimos hecha entre cuatro y cinco días, y tardamos diez días en rodarla. Más allá de la filmación, que fue extenuante y nos exprimió al máximo, lo más difícil fue la preparación para poder estar seguros de que todas las piezas estuvieran alineadas y que todas las áreas involucradas estuvieran en sintonía, porque teníamos cuatro secuencias ambiciosas, un montón de partes en movimiento y no mucho tiempo para poder llevar a cabo un plano tan extenso y complicado.